La grasa es uno de los principales componentes del cuerpo humano, junto con la masa muscular, el agua y los minerales. Esta le da parte de la forma al cuerpo pero también protege nuestros órganos, nos aísla del exterior, mantiene nuestra temperatura corporal y, lo más importante, constituye una verdadera reserva de energía, vitaminas y hormonas. Teniendo en cuenta que la grasa no es solo un componente en la estética de nuestro cuerpo sino que también juega un rol fundamental en la salud, la Unidad Láser y Piel quiere contarte un poco más de este tema.
¿Por qué acumulamos grasa?
Las grasas hacen parte natural de nuestras estructuras corporales, como por ejemplo, de la membrana de las células. Lo hace en células llamadas adipocitos, cuya acumulación forma el tejido adiposo.
La grasa en el cuerpo humano cumple funciones específicas es por esto que su presencia a niveles adecuados sería lo ideal, y por el contrario su déficit provocaría grandes inconvenientes.
Uno de los problemas que se desencadena tras un déficit absoluto de grasa sería la imposibilidad de sintetizar algunas biomoléculas en el cuerpo, como las hormonas sexuales, o las sales biliares. Incluso, hay algunos componentes de las grasas como el ácido linolénico o el linoleico que deben ser aportados por la dieta, puesto que nuestro organismo es incapaz de sintetizarlos. Las grasas hacen posible la absorción de sustancias tan importantes como las vitaminas A, D, E y K.
¿Cómo acumulamos grasa en el cuerpo?
Entendiendo que la grasa es un componente intrínseco y necesario para el cuerpo humano, esta se puede almacenar en varias localizaciones.
- Grasa subcutánea: Es la grasa que se va a acumular debajo de nuestra piel (entre la dermis y la aponeurosis o fascia de los músculos), es esta la que normalmente perdemos con más facilidad cuando hacemos ejercicio. Es aquella que nos molesta estéticamente hablando, pues tiende a acumularse en el abdomen, muslos, brazos y cara, dependiendo de múltiples factores que explicaré más adelante en este artículo.
- Grasa visceral: Se localiza alrededor de los órganos, principalmente en el mesenterio y epiplón, y drena directamente a través de la circulación portal al hígado. El tamaño del compartimento adiposo visceral se asocia con factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Normalmente, un exceso de grasa visceral va precedido de un exceso de grasa subcutánea; para su medición no es posible el uso de las técnicas antropométricas de pliegues cutáneos o el perímetro de cintura, sino que es necesario un estudio con técnicas de imagen o de impedanciometría.
- Grasa intramuscular: La grasa muscular comenzó a considerarse como un “nuevo” compartimento graso en los últimos años. Esta hace referencia a los depósitos localizados entre los distintos músculos, visibles mediante tomografía computarizada o resonancia magnética. Normalmente, no se suele hablar de esta localización de grasa porque su cantidad es muy inferior en comparación con las otras dos. Es en personas obesas es cuando se empieza a apreciar un mayor almacén de grasa en músculo, algo que, por otro lado, puede contribuir a la resistencia a la insulina.
Entonces, ¿Por qué tanto problema con las grasas?
Se ha estudiado ampliamente los efectos de la acumulación excesiva de grasa en nuestro cuerpo llegando a la conclusión que la grasa actúa como un órgano dinámico que contribuye críticamente al desarrollo de la disfunción endotelial y la rigidez vascular.
La grasa se ha correlacionado significativamente con la presión arterial, la glucosa plasmática en ayunas, los triglicéridos y el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y con el aumento de las probabilidades de padecer hipertensión, alteración de la glucosa en ayunas, diabetes mellitus y síndrome metabólico.
Si bien tanto la grasa visceral y la subcutánea están correlacionadas con los factores de riesgo metabólico, la primera tiene una mayor asociación con un perfil de riesgo metabólico pues la acumulación de grasa visceral provoca una mayor infiltración de células inmunitarias y la secreción de mediadores vasoconstrictores. POR LO TANTO, LA DISTRIBUCIÓN DE LA GRASA, MÁS QUE EL PESO CORPORAL TOTAL, ES UN DETERMINANTE CLAVE DEL RIESGO DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.
En la Unidad Láser y Piel contamos con analizadores de composición corporal InBody que muestran datos de composición corporal en una hoja de resultados con mediciones exactas de peso, agua corporal total, proteínas, minerales, masa grasa corporal, índice de masa corporal, porcentaje de grasa corporal, relación cintura-cadera, nivel de grasa visceral y grado de obesidad.
¿Qué factores contribuyen a que exista un exceso de grasa en el cuerpo?
Genética: Se ha identificado un componente genético que predispone a la obesidad. La heredabilidad de la obesidad puede llegar a ser del 40-80%.
Falta de sueño: La falta de horas de sueño aumenta la secreción de una hormona que envía la señal de hambre al cerebro, llamada grelina, y al mismo tiempo desciende el nivel de leptina, la hormona de la saciedad.
Estrés: en periodos crónicos de estrés estimulan las glándulas suprarrenales que a su vez liberan hormonas como el cortisol. Cuando los niveles de cortisol aumentan, favorecen la formación de grasa en el organismo, especialmente la que se acumula en el abdomen.
Sedentarismo: Para permanecer en equilibrio y mantener el peso corporal, las calorías ingeridas (de los alimentos) deben ser equilibradas por las calorías usadas (en las funciones del organismo, actividad diaria y ejercicio). Es por esto que si pasamos mucho tiempo en reposo y no usamos las calorías ingeridas estas se van a acumular como grasa en nuestro cuerpo.
Consumo excesivo de bebidas alcohólicas: En el alcohol predominan las llamadas “calorías vacías” que se encuentran en bebidas o alimentos que aportan muchas calorías, pero pocos o ningún nutriente.
Mala alimentación: Ocurre el mismo fenómeno que con el consumo de alcohol pues las “calorías vacías” también están presentes en productos de panadería, frituras, bebidas energizantes, enlatados, embutidos, harinas refinadas y alimentos ultraprocesados.
Algunos medicamentos: No siempre causan aumento de peso, pero como efecto colateral algunos grupos de medicamentos se encuentra el aumento de peso por diferentes mecanismos. Algunos de ellos son: corticosteroides, anticonvulsivos, pastillas anticonceptivas, terapia de reemplazo hormonal, entre otros.
¿Por qué acumulamos grasa en algunas áreas y en otras no?
Muchos factores influyen en la distribución de grasa corporal, entre los que se han identificado: la genética, el sexo, la dieta, el estilo de vida y la presencia o no de algunas enfermedades.
Las mujeres usualmente acumulan grasa en las caderas, los glúteos y el abdomen que se conoce como la zona gluteofemoral. Estas zonas evolutivamente fueron adaptándose para acumular grasa y así proteger un posible estado de gestación, por esto que la acumulación gluteofemoral sea propia de las mujeres. Por otro lado, en los hombres, hormonas como la testosterona, suele hacer que se almacene en el abdomen y torso.
¿Podemos reducir la grasa corporal?
Es completamente posible disminuir nuestro porcentaje de grasa. Cuando ingerimos menos calorías, el cuerpo responde a esa carencia y se ve obligado a usar el tejido adiposo que tenía acumulado como fuente de energía. A esto le llamamos déficit calórico. Es un proceso que lleva tiempo y que debe acompañarse un profesional en salud para no caer en dietas restrictivas o déficit nutricionales que al final perjudican el cuerpo o tendrán un efecto rebote más adelante. Además, por el tipo de alimentación que llevamos en la actualidad, consumiendo alimentos prefabricados y ultraprocesados, se hace más difícil lograr este déficit pues lo más habitual es ingerir un mayor aporte de calorías de las que gastamos.
Cuando se trata de grasa localizada que estéticamente no es deseada, el proceso es distinto pues el cuerpo no disminuye grasa específicamente en una sola zona, sino que tomará reservar de varias áreas al mismo tiempo en pequeñas cantidades. Lo que sí se puede lograr a través de ejercicios enfocados en desarrollar un grupo muscular específico, es dar mayor definición en la zona que deseas mejorar.
Actualmente en la Unidad Láser y Piel contamos con tratamientos corporales que se enfocan en adiposidad localizada como radiofrecuencia y ultrasonido en aparatología, mesoterapia corporal con enzimas lipolíticas y fortalecimiento muscular a través del Tesla Former. Todas estas son alternativas médicamente guiadas para reducción de grasa localizada.
¿Quiénes deben reducir y controlar el consumo de grasas en la dieta?
En las siguientes situaciones de salud se debe ser aún más cuidadoso con la cantidad de grasas provenientes de la dieta:
- Obesidad y sobrepeso. Consulta a tu médico para saber tu índice de masa corporal y saber si te encuentras en alguna de estas categorías.
- Exceso de triglicéridos y colesterol en la sangre documentado en perfil lipídico.
- Problemas en la vesícula biliar o de hígado, o antecedente de colecistectomía o colelitiasis.
- Antecedentes personales o familiares de enfermedades cardiovasculares como infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular.
- Aterosclerosis (grasa en las arterias) documentada previamente en estudios imagenológicos como arteriografías.
- Antecedentes personales o familiares de enfermedades metabólicas como hipertensión arterial y diabetes mellitus.
“Los pacientes que no pierden peso, no comen lo que necesita su cuerpo”
Consejos prácticos para mantener adecuada nuestra grasa corporal:
- No consumir más calorías (ya sea que provengan de frutas, verduras, proteínas o grasas) de las que se gastan, busca un balance calórico.
- Dormir lo suficiente a diario. Para cada grupo etario hay una cantidad de horas que debemos dormir a diario, se pueden consultar fácilmente.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Beber suficiente cantidad de agua a lo largo del día.
- Dejar el sedentarismo y adoptar un estilo de vida activo.
- Si existen antecedentes de infarto de corazón, infartos cerebrales, obesidad, diabetes, diabetes gestacional, obesidad en la infancia, trombos en miembros inferiores, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia o cualquier otra disfunción metabólica, recomiendo control médico periódico o hacer parte de un programa de prevención con asistencia médica.
Para saber más te recomiendo estos tres libros:
- Meta Alimentación – Dr. Óscar Rosero Olarte
- Metabolic Balance – Dr. Wof Funfack
- El emperador de todos los males: una biografía del cáncer – Dr. Siddhartha Mukherjee
Bibliografía:
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Realizado por: Diana Isabel Conde Hurtado. Médica y epidemióloga, Universidad Autónoma de Bucaramanga.