"Mejora el aspecto de la piel, atenúa arrugas y revitaliza"

¿En qué consiste un peeling?

Un “Peeling” hace referencia al procedimiento en el cual se aplica sobre la piel una sustancia con una acción específica: realizar eliminación de la capa más externa de la piel, como una especie de exfoliación. Al realizar dicho procedimiento, se produce una renovación de la parte externa de la piel y puede aumentar la síntesis de colágeno en la capa media (dermis). 

Los peelings pueden ser superficiales, medios y profundos. Los superficiales habitualmente se realizan con Alfahidroxiácidos, como el ácido glicólico, ácido láctico, ácido málico, ácido cítrico, ácido tartárico. Otros ácidos como el mandélico y el benzílico y el ácido salicílico.

También se realiza con el ácido tricloroacético (ATA) en concentraciones del 10-35%, la llamada solución de Jessner y con tretinoína.

Los peelings de profundidad media se realizan con ácido tricloroacético (ATA) con mayor concentración del 35–50%, ácido pirúvico del 40-70%. Y finalmente los peelings profundos se realizan con ácido tricloroacético (ATA) en concentración mayor al 50% y con fenol al 88%, éstos están en desuso actualmente. 

¿Objetivo de un peeling?

El objetivo del peeling es mejorar el aspecto de la piel, acelerar la renovación celular, regular la producción sebácea y reducir imperfecciones como alteraciones de la pigmentación, espinillas (comedones), poros abiertos, algunos tipos de cicatrices y arrugas finas.

¿Cuando realizar un peeling?

Las indicaciones para realizar un peeling son variables, dependen de las necesidades particulares de cada paciente; dentro de las patologías más frecuentes en las que se pueden realizar, están: melasma, fotoenvejecimiento, acné, cicatrices, queratosis actínicas, entre otras. 

Antes de realizar cualquier tipo de peeling, es importante hacer una evaluación completa por parte de un dermatólogo experto, para así determinar si el paciente tiene indicaciones puesto que no todas las pieles son aptas para realizar este tipo de procedimientos, por ejemplo, pacientes con piel oscura no son candidatos para realizar un peeling. 

¿Cómo prepararse para realizar un peeling?

Se recomienda realizar una preparación de la piel durante unos días antes del peeling en sí, puede ser aplicando un tópico sobre la zona a tratar, puede ser con sustancias que potencien la acción del peeling, como ácido salicílico, ácido glicólico y/o tretinoína; esto puede facilitar que el peeling penetre uniformemente, aumentando su efectividad.

Para la realización de los peeling superficial y medio, se debe iniciar con una adecuada limpieza de la piel, que permita eliminar el exceso de grasa y la suciedad de la superficie de la piel. Posteriormente se aplica el peeling elegido aplicándolo de forma homogénea sobre la piel con la ayuda de un pincel o gasas. 

El paciente puede referir una sensación de ardor y/o calor, el cual es variable según el tipo de sustancia empleada, y que va desapareciendo progresivamente. La sustancia puede dejarse en la piel algunos minutos u horas, dependiendo del tipo que se haya realizado, posteriormente se ejecuta una limpieza del área tratada y una aplicación de un tópico calmante y/o reparador.

¿Posibles complicaciones de un peeling?

Las complicaciones de los peelings se pueden clasificar en tempranas y tardías, las tempranas son las que se presentan los primeros minutos tras la aplicación de la sustancia del peeling, entre ellas están: enrojecimiento de la piel, inflamación, ardor, prurito (rascado), irritación, dolor. Las tardías, pueden aparecer horas o días después del procedimiento, y pueden ser: hiper o hipopigmentación, quemaduras, ampollas, costras, erupciones tipo acné, infecciones y cicatrices.

Preguntas frecuentes

En los peelings superficiales el paciente evidencia un enrojecimiento facial, descamación leve, que mejoran fácilmente con la aplicación de crema hidratante o reparadora. Con los peeling medios o profundos (estos últimos cada vez se realizan menos) se producen costras, algunas ocasiones dolor asociado, que va reduciéndose con el paso de los días. 

Se debe hidratar muy bien la piel tratada, evitar exposición solar directa y se debe usar de forma regular protector solar.

En los peelings superficiales se requieren habitualmente más sesiones para conseguir el efecto deseado, por ejemplo, se recomienda realizar una sesión cada 2-6 semanas hasta conseguir el objetivo deseado, o como rutina cada 1-2 meses para prevenir el envejecimiento de la piel. Por otro lado, entre más profundo el peeling menos sesiones son necesarias, porque es más “agresivo” el procedimiento y más tiempo de recuperación posterior requiere.

*Cada paciente responde de forma particular a cada uno de nuestros procedimientos, por tanto, la ULP, más que dermatología avanzada, no puede garantizar resultados al 100%.

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