La dermatitis es una inflamación de la piel, se puede manifestar de diferentes formas de acuerdo a la causa. Los tipos de dermatitis más frecuentes son la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica y la dermatitis de contacto.
Dermatitis Atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, con periodos de exacerbación, que en la mayoría de casos aparece en la infancia. Es considerada un problema de salud pública en países industrializados en donde la frecuencia en niños alcanza el 30%.
Las causas se han relacionado con alteraciones genéticas y ambientales; la historia familiar es el factor de riesgo más importante y el hecho de haber una prevalencia mayor en zonas urbanas que en zonas rurales determina la influencia ambiental. Defectos en la barrera cutánea (defensa de la piel) y en la respuesta inmune (de defensa) están estrictamente relacionados con la aparición y el agravamiento de la dermatitis atópica. Existe una relación estrecha entre alergias alimenticias y dermatitis atópica; particularmente en pacientes con inicio temprano de la enfermedad.
Clínica
El cuadro clínico de la dermatitis atópica varía de acuerdo a la edad. En lactantes las lesiones aparecen en los “cachetes” y la cabeza. En niños de mayor edad las lesiones aparecen en pliegues (región flexora de codos, rodillas, cuello, tobillos), dejan como huella una extrema resequedad. En adolescentes y adultos se ven afectados los pliegues y además la cara; alrededor de los ojos y de los labios. Los pacientes atópicos tienen una piel muy seca y “acartonada”. La complicación más frecuente es la sobreinfección bacteriana o viral.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico. El dermatólogo reconoce las lesiones. Para estudiar un paciente atópico, se solicitan exámenes de sangre (cuadro hemático y niveles de Inmunoglobulina E).
Tratamiento
El manejo depende de la severidad de la enfermedad. El principal objetivo es mejorar la función de la barrera cutánea, meta que se logra manteniendo la piel hidratada con el uso de emolientes y algunas sustancias recientemente descritas como acuaporinas. Se busca evitar la colonización bacteriana y disminuir la inflamación en el manejo de episodios agudos y se puede lograr gracias a la incorporación de diferentes tipos de medicamentos (corticoides, inmunomoduladores), y fototerapia (UBV-NB y UVA-1).
Otra estrategia importante es la educación del paciente y de sus padres, ya que esto garantiza el manejo de la enfermedad en la fase crónica y la adherencia al tratamiento.
Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica es una enfermedad que afecta la cara, el cuero cabelludo y el tronco. Se produce una secreción excesiva de grasa por las glándulas sebáceas, que, en individuos susceptibles y asociado a la posible infección de un hongo llamado Malassezia furfur, generan lesiones muy pruriginosas (pican), muy rojas, que producen escamas gruesas (como caspa) en el cuero cabelludo, la frente, el pliegue nasal, detrás de las orejas y la región central del pecho.
Se presenta con frecuencia en bebés menores de 3 meses y en adultos de entre 30 y 60 años. Es más frecuente en hombres que en mujeres.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico es clínico; nuestras dermatólogas reconocen las lesiones y establecen la mejor opción de tratamiento de acuerdo a la severidad y la localización de las lesiones.
Se usan champús con Sulfuro de selenio (2-5%), Piritionato de Zinc (2%), Dipiritiona de magnesio (2%), Ketoconazol (2%), Sertaconazol (2%), entre otros. Estos productos se usan 2 a 3 veces por semana, dejándolo actuar por 5-10 minutos antes de enjuagar. En casos en los que haya inflamación se pueden usar corticoides y otros medicamentos asociados. La terapia oral con antifúngicos se reserva para casos graves, y su incorporación será determinada por nuestra dermatóloga.
Dermatitis De Contacto
La dermatitis de contacto es una inflamación de la piel secundaria a contacto con alérgenos o irritantes generando una reacción de hipersensibilidad que se manifiesta inicialmente con lesiones rojas, inflamadas, con pequeñas ampollas en la superficie, que en la fase crónica se “agrietan” y descaman. Las lesiones generalmente pican y arden. La localización de las lesiones depende del lugar que se exponga al alérgeno o irritante; generalmente es más frecuente en manos y antebrazos.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace mediante la historia clínica, se debe indagar acerca de la exposición a sustancias en el ámbito ocupacional o doméstico, cambios en productos de uso diario (de aseo y cosméticos) y medicamentos tópicos. El examen físico orientará al médico para hacer el diagnóstico. La prueba de parche es de gran ayuda y se realiza inoculando en el paciente mínimas cantidades de los alérgenos e irritantes más comunes, para posteriormente observar la respuesta de la piel en cada zona expuesta.
Tratamiento
El tratamiento está orientado a determinar la causa para así evitar la exposición continua al desencadenante de la reacción. En fases agudas de la enfermedad se usan cremas con corticoides y sustancias inmunomoduladores (regulan respuesta inflamatoria y de defensa). La fototerapia usando luz ultravioleta y la terapia fotodinámica son nuevas alternativas para el manejo de la enfermedad.