Las verrugas vulgares son lesiones benignas, no cancerosas, producidas por el Virus Del Papiloma Humano (VPH), el cual desordena el crecimiento de las células en la capa más externa de la piel, haciendo que se reproduzcan más rápido de lo normal. Afectan en mayor parte a niños, aunque pueden aparecer en cualquier etapa de la vida. Se contagian por contacto con personas infectadas.
Clínica
Aparecen como una pequeña protuberancia de superficie áspera con bordes definidos del mismo color de la piel que va aumentando de tamaño progresivamente. Se localizan principalmente en manos, pies, cara y cuello. No presentan síntomas, no duelen ni pican.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico es clínico, nuestras dermatólogas lo determinan al momento de observar las lesiones, ya que son muy características.
El tratamiento es difícil, ya que estos virus son de diferentes tipos (cepas), lo cual los hace muy resistentes al manejo. Dentro de las opciones del manejo tópico (con cremas) existen moduladores del proceso inmune (de defensa) producido por la infección; tales como: el imiquimod, cidofobirl y la cimetidina. También existen sustancias como el ácido retinóico, ácido salicílico y ácido láctico que conducen a un alto porcentaje (60%) de curación de las verrugas.
Dentro de los métodos más invasivos encontramos el curetaje (afeitado) de lesiones, el cual se usa asociado a terapia tópica, la electrofulguración (destrucción del tejido por la generación de calor), la crioterapia (procedimiento que congela las células con nitrógeno líquido para después destruirlas), y el láser de CO2.
El manejo de las lesiones será determinado por nuestra dermatóloga teniendo en cuenta factores como; localización, número de lesiones y edad del paciente, entre otros factores.