El molusco contagioso es una enfermedad causada por un virus de la familia Poxvirus. Como su nombre lo dice es muy contagioso, se puede adquirir en lugares húmedos y calientes, por contacto con pacientes infectados. Generalmente afecta más a los niños menores de 5 años, se cree que es por el contacto físico que existe entre ellos en el juego. En personas sexualmente activas también hay un porcentaje significativo de transmisión de la enfermedad. En pacientes con problemas en su sistema de defensa, esta enfermedad suele aparecer con mayor frecuencia.

Clínica y diagnóstico

Las lesiones son pequeñas protuberancias redondeadas, color piel, brillantes, de aspecto “perlado”. En la parte central presentan una pequeña depresión, como un “ombligo”. Al exprimir la lesión, sale un material firme y blanquecino; allí se encuentra albergado el virus. Pueden presentarse en cualquier lugar de cuerpo, sin embargo, los sitios de mayor afección son la cara, las manos, el tronco y los genitales. 

Los moluscos inician con lesiones diminutas, del tamaño de una cabeza de alfiler, y van creciendo progresivamente durante varias semanas, convirtiéndose en lesiones de mayor tamaño. Pueden aparecer como lesiones solitarias o agrupadas, generalmente no duelen, pero a medida que van creciendo pueden empezar a picar. Si el paciente se rasca puede auto infectarse en otros lugares del cuerpo, ya que en las uñas queda depositado el virus.

Tratamiento

En personas con su sistema de defensa intacto, estas lesiones tienden a desaparecer solas al cabo de 2-3 meses. Sin embargo, al ser muy contagiosas y por su tendencia a aparecer agrupadas, el tratamiento oportuno suele disminuir a posibilidad de contagio y autoinfección. El manejo para el molusco depende de la edad del paciente. En los pacientes adultos, la extracción de la lesión; el curetaje (raspado) o la criocirugía (uno de nitrógeno líquido) son métodos efectivos. Pueden causar dolor e incomodidad por lo que no se aconseja su uso en niños. Existen otras formas más tolerables en niños; el uso de cremas como la podofilina, la cantaridina, la tretinoína y el imiquimod han demostrado ser efectivos en el manejo de la enfermedad. Son tratamientos más largos pero que no generan molestias si son aplicados de acuerdo a la indicación del dermatólogo.

Para evitar el contagio, la propagación y la autoinfección de esta enfermedad hay que adoptar medidas de higiene tales como:

  • Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
  • No tocar, frotar o rascar las lesiones.
  • No afeitar las zonas en donde existen moluscos.
  • Cubrir las lesiones con ropa o un vendaje, sobre todo antes de practicar actividades donde haya contacto piel a piel, como la natación y la lucha libre.
  • No compartir toallas, ropa, ni otros artículos personales.

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